lunes, 31 de enero de 2011

ARGUMENTOS A FAVOR I: EL ARGUMENTO DE LOS PÁJAROS

Argumentum ornithologicum.

Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo, Dios existe.

Jorge Luis Borges

viernes, 28 de enero de 2011

PROFETA

Y dijo Monterroso (o dejo escrito), no se sabe bien si subido a un montaña o bajando de ella.

LA FE Y LAS MONTAÑAS
Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.

LA IDEA DE UBICUIDAD

Imagine la ubicuidad. Ubicuidad, es decir, en todas partes, al mismo tiempo. Vamos, haga un esfuerzo. Imagine algo que pueda llenar cualquier punto del espacio constantemente. Está pensando en átomos, con un poco más de esfuerzo, en la partícula más elemental que conoce. No es suficiente. Bien, entre sus minúsculas partículas, ¿qué hay? ¿Vacío? Nos acercamos. Un paso más, venga. ¿Qué puede haber por todas partes, entre cualquier elemental pareja de partículas, sin apagarse en el tiempo? No, no, más abstracto. Está bien, allá va: fuerzas, leyes. Física. No me puede negar que la Física, sus reglas, lo llenan todo, aquí y más allá de lo que puede imaginar. No, no puede negarlo. Ya tiene la idea de ubicuidad. Ahora que lo ha imaginado, cambie el vocablo si quieres, relacione. Su Dios es ahora mi Física. Porque ha alcanzado conmigo esta visión de la ubicuidad, se la ha arrojado el recorrido de mi camino, y no se ha quejado. Pero no se desasosiegue tan pronto. Dios es más que eso. La Física es solo su sombra mortal. Lo entiende, ¿no?